Desde que somos pequeñas, las películas que vemos son sobre princesas que esperan a que su príncipe llegue y las rescate. Vivimos en una sociedad en la que parece que las mujeres no pueden ser independientes por sí solas, nos quieren convencer de que necesitamos a un hombre que resuelva nuestros problemas o situaciones complicadas de la vida pero, lo peor no es la sociedad, lo peor es que hay mujeres que aceptan esta idea de necesitar y cumplir con las órdenes de un "príncipe".
Me da pena ver una mujer sumisa a manos de un hombre, infravalorada a pesar de su autonomía para realizar lo que se proponga, que deba cumplir con todo lo que su pareja le dice sin poder vestir como quiera, ni hacer lo que le apetezca. Me angustia que se pierdan tantos cerebros y conocimientos por culpa de una sociedad que aún a mi parecer no es igual en género, que intentan convencernos con revistas y modelos de qué es lo perfecto, de cuál es el cuerpo que debemos tener si queremos gustar a los demás, que nuestro físico es más importante que nuestra inteligencia y de las metas que queremos alcanzar.
Nos estamos dejando guiar por una sociedad que busca la perfección a primera vista, que quiere educar a los más pequeños en valores inútiles y que el único fin que quieren conseguir son niños estereotipados, princesas bellas que busquen un príncipe guapo que las cuide toda la vida.
En mi opinión, debemos aceptarnos tal y como somos y ampliar nuestros conocimientos, intentar superarnos porque eso es lo realmente importante en la vida, ser como queramos ser sin preocuparnos de nuestro físico, porque al fin y al cabo eso se estropea con el paso del tiempo y no tiene ninguna validez.
Y por último, no digo que no podamos tener una pareja sino que si buscamos, debemos buscar a un hombre (no un príncipe) que nos apoye y nos motive a superarnos diariamente, que sea una ayuda a llegar a la felicidad, que no nos haga creer que necesitamos depender de él para vivir, que nos acepte con todos nuestros defectos y que nos recuerde lo mucho que valemos.
Si la cultura nos ha enseñado a las mujeres una gran dependencia emocional, siglos de historia que superar
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